Instantemente.

Los momentos sólo ocurren una vez. Tal y como son los momentos, con todos sus detalles –colores, olores, texturas, sincronías– sólo vinieron para estar en ese instante, sin volver a repetirse igual. Por eso, entréguese al momento, no meta freno, no repare en pensar si lo siente o no, ni apueste a postergar, pues aunque pueda vivir mejores en el futuro, serán otros, nunca los mismos.

Adéntrese en su propia capacidad para ser en cada instante que se le presente. Si se tiene que enojar, hágalo; si tiene que conocer el orgullo, vívalo; si necesita enfrentarse al miedo, conózcalo de verdad, y después estos sentimientos se marcharán por sí solos, porque si trata de partirlos en pequeñas dosis, pueden permanecer más de lo debido.

Y ni qué decir de lo bueno que la vida ofrece: abrácelo completa, apasionada e intensamente, porque sólo con ese impulso logrará imbuirlo en cada una de sus células. Brinque de un momento a otro fácilmente para que no se estanque ni se apegue.

No ocupe la energía vital que viene a borbollones en intentar repetir las mismas historias, porque aunque viva la ilusión de que se parecen, son completamente distintas, así que rompa el patrón, tan sólo para cometer errores nuevos y dejar entrar los grandes aciertos que son el siguiente escalón en su camino evolutivo.

Reaprenda a vivir instantemente o, mejor dicho, recuérdelo, porque cuando aún no aprendía a cristalizar sus historias, se sumergía sin temor en el presente.

No omita la máxima universal de que éste puede ser el último instante, así que tenga siempre en mente aprovecharlo, y si se ve en la encrucijada entre el miedo y el amor, elija al amor por sobre todas las cosas, porque aunque sienta que perderá, al final es la única garantía de lo que nos podemos llevar de este mundo y de lo que nos hará partir en paz. Y si ha dominado esta suerte, pase al siguiente nivel, que es amar lo bueno sobre lo malo.

Maneje sus proyecciones al futuro y sus gustos por el pasado con precaución, porque son las únicas dos posibilidades para sacarlo de vivir instantemente, de donde emergen muchos de los problemas de la vida.

Conéctese con cada momento a través de la verdad, porque si vive, habla y actúa su verdad, será mucho más libre para moverse por el tiempo.

Eduque a su mente, porque así como los niños, o los barcos, necesita de una guía clara, y sólo hay claridad cuando se vive en el presente, instantemente.

Viva como un artista y moldee sus visiones con sus talentos, para que los vicios que lo aíslan, de darse cuenta de su respiración, se desaparezcan con el fuego de sus creaciones.

No repare en sembrar paso a paso cosas nuevas, mejores, un poco más elevadas que la cosecha anterior, y esto lo casará con el presente para evitar volver a pasar por las mismas equivocaciones. Respire, viva, ame, elija, cree, renuévese, quiérase, perdónese, permítase, intensamente, instantemente.